Hoy hemos vuelto a disfrutar de una magnífica convivencia con las voluntarias y personas usuarias del Programa Soledad Cero, destacando especialmente el encuentro con las personas que hacen uso del Teléfono Amigo poniendo rostro a las voces. En el salón social de ASANSULL, en Plaza Constitución, se han dado cita más de una treintena de personas para disfrutar de un desayuno al que no han faltado la presidenta de la entidad, María Luisa Escribano, y el coordinador general, Ismael Vaca.
En el Programa de Soledad Cero se contabilizan actualmente alrededor de 50 personas usuarias y 7 voluntarias. Muchos de ellos y ellas han estado hoy en el desayuno recibiendo además un obsequio elaborado por el Centro Ocupacional Monte Calpe, en concreto una taza serigrafiada en la que además, a través de un QR, se podía escuchar una canción realizada con Inteligencia Artificial para la ocasión.
Desde que se puso en marcha este recurso hace más de tres años el grupo ha ido creciendo a la par que otras muchas personas usuarias han encontrado, gracias a la mediación del voluntariado y profesionales, actividades que han respondido a sus necesidades como el Club de Lectura, centros de Participación Activa u otras acciones dentro del propio programa como Café en compañía, hasta el punto que se han estrechado lazos de amistad que trascienden de las actividades programadas.
Soledad Cero es un programa que nace en ASANSULL a través del impulso del Área de Apoyo a las Familias, Ocio y Voluntariado por ayudar a paliar la soledad no deseada. Muchas de las personas usuarias suelen decir que si no fuera por el voluntariado que hay detrás de este programa, ya sea por el Teléfono Amigo o por las visitas domiciliarias, el día podría pasar sin una llamada o sin que sonara su timbre.
Con el programa Soledad Cero ‘Proyecto de atención y acompañamiento a personas en situación de soledad no deseada’ se actúa en varias líneas de intervención como la creación de una Red de Apoyo informal que ayude a identificar y combatir situaciones de soledad no deseada y aislamiento; apoyar a personas que se sientan solas; visibilizar recursos y proyectos para generar oportunidades; así como fomentar la problematización pública de la soledad no deseada como una cuestión social a la que hacer frente de forma comunitaria.